Tres libros de novel poesía tacneña.
POESÍA TACNEÑA
Tres poetas, tres libros,
tres reseñas.
LIRICO INTERRUPTUS
Luz Luque Barcena
40 pág.
Lirico interumpus, alude
al coitus interruptus de una voz ninfómana que canta “la poesía en los sanatorios / en los desagües / en los cyber / entre
sus cápsulas recién llegadas de la droge store / en los autobuses y en los
burdeles.” Una voz amateur que advierte: “… un universo tránsfugo, donde la concepción de flores brotan bestias,
donde los gatos se enredan entre sus lenguas y las termitas se pelean por un
pasaporte al delirio”.
En esta entrega, Luz
Luque Barcena se despoja de sus prendas en un striptease literario donde
confiesa: “hace años me destruyeron la
vida, ahora me la resucitas con tus ácidos” reflejando sus adicciones - vicios
(drogas, sexo, literatura) y su depresión: “…
por eso puedo decirte/ que soy un ser asintomático, sin soplo, sin deseo de
supervivencia.” Donde el cobijo a su necesidad inconsciente parte de su
sexualidad, de su erotismo, de un
anhelo lacerante que no concluye, o mejor dicho, de un coitus interruptus, que
va más allá de lo carnal, que se remite a la escritura, un grito, que tiene
mucho de autobiográfico porque si no, no sería escritura.
En “Lirico interruptus”,
el final roza el miedo; la tristeza y la muerte, una muerte en vida, que la
autora describe como: la procesión de los occisos, multitudes atrapadas por el
sistema y la rutina; insatisfacción en toda su magnitud, plañida por placeres
instantáneos, decadencia en un azul
prostituido.
Necesidades no cubiertas,
se surcan su salvación en la poesía.
L ENGUA EN SU SALSA
Julio Puma
72 pág.
Editorial PERRO CALATO

ARMILAR
Ives Alejandro Vizcarra
Eduardo
78 pág.
Autoedición.
Armilar, desborda
naturalismo, ora del poeta que trata de encontrarse a sí mismo; ora de los
poemas que reflejan una naturaleza donde la bóveda celeste y el mar cumplen un
rol importante al igual que el alma de Armilar, poemario dividido en cinco
etapas: Pergaminos devastados; Ánimas rotas; Senderos y Espejismos; El Poniente
y los Barcos y Las hojas del Ocaso; un poemario dedicado a lo que ya no se es,
( una búsqueda de identidad ) cuya portada ilustró el mismo autor, quien considera sensiblemente la apagada voz
del árbol; las pausas; el silencio; los sueños; y la escritura, en un entorno donde
se halla sobreviviendo al amor de una mujer, mientras el alma espera en
“vagones de trenes” con un sinsabor existencialista que solo quiere ENCONTRAR ese
ser que ya no es.
En Armilar cada
separación marca etapas, se recurre constantemente a la figura de las estrellas
y a la imagen de la mar – madre y a los elementos que rodean en paisaje: arena;
faroles; ocasos, y demás. Este cuestionamiento con la identidad se resuelve con
el acercamiento a la madre naturaleza o como diría el autor: “ con las estrías con las que te lame el
mar”, u océano padre que te acerca al lado familiar, de donde finalmente
tenemos nuestros primeros conceptos de identidad.

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